Situado en la zona vieja, cerca de Puerta Real, nos encontramos con A Espiga.
Fuimos recomendados por la calidad de sus productos y sin duda, un acierto total!!!!
Tuvimos la suerte de estar charlando con Koke sobre su forma de enfocar el negocio, sus platos, el ambiente... y, verlo trabajar en directo junto a su equipo, fue un verdadero placer. Transmite en todo momento su pasión por la cocina y el buen hacer.
La carta cuenta con una decena de platos (más que suficientes aunque no lo parezca) pensada para compartir, aunando tradición e innovación. Destacar sobre todo el sabor de todos sus platos.
El espacio es muy agradable, cuidando hasta el más pequeño de los detalles. Dispone también de un pequeño reservado.
La atención es fabulosa.
Sin duda, si te gusta comer bien, en un ambiente familiar, desenfadado pero sin perder la sutileza, elegancia del buen trato.... te recomiendo que lo visites.
Cómo indica su lema, estarás en casa.
![5]( "Recensione")
A la entrada de Calle Real o de la Plaza de María Pita, en cualquier caso en la ciudad vieja cerca de Puerta Real.
Comida de compañeros de trabajo con celebración. El menú es dinámico y lo que hay hoy puede que no lo haya mañana.
El camarero y la camarera un gusto escucharlos. El camarero nos explicó los platos con todo lujo de detalles.
Sus platos están pensados para compartir por lo que siempre probarás varios platos tanto entrantes como primeiros platos.
La carta cuenta con varios platos que varían según el momento, pensados siempre para compartir como nos dijo el camarero, aunando tradición e innovación.
Nosotros éramos 6 adultos y nos pedimos: croquetas con un toque de chorizo y tocino, sardinas sobre tostada, calamar de la ría, tortilla que solo hacen por un lado pero el bacalao que la acompaña excepcional y por último pasta que estaba riquísima aunque era pasta que recubría una carne deliciosa.
De postre nosmtomamos tiramisú y tata de queso con un toque de queso azul con un trozo de fresa que estaba muy rica.
El local ajustado y muy agradable y muy cuidando con gusto en los pequeños detalles.
La atención es fabulosa.
La experiencia ha sido fantástica.
La comida muy buena, y el trato más de lo mismo.
Un restaurante acogedor y te hacen sentir como en casa.
Con ganas de repetir
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