Comí en este restaurante está misma semana. En general, es un restaurante muy bueno al que seguramente repetiría. Los camareros son muy agradables y naturales, complementando ese ambiente familiar que se respira en la atmosfera de este restaurante. De hecho, les pedimos en un orden inadecuado los platos, no nos increparon y no se demoraron en la comanda para nada. Es más, al salir del restaurante, tanto los camareros como el manager del local se acercan a despedirse, algo que se aprecia mucho. No les pongo 5 estrellas por los entrantes, en especial el pan de ajo, que consistía en unas rodajas de pan tostado con aceite y ajo untado, algo que, en mi opinion, podría ponerse como un entrante de la casa pero no como una opción de la carta (quizá, porque en otros restaurantes este plato tiene una presentacion diferente). Por su parte, las ensaladas, muy buenas, en especial la de la casa: el salmón ahumado parecía casero. Sin embargo, la de canónigos, aunque deliciosa y original, era una ración escasa para compartir. La mozarella rebozada es la mejor que hemos probado en cualquier establecimiento aunque, al igual que ocurria con la ensalada, la ración era un poco reducida. Ahora bien, las pizzas, buenísimas, con buen tamaño (y eso que somos una familia que come bastante) y con gran variedad de opciones para escoger, todo ello con un precio muy ajustado (pedimos 4 pizzas y 3 calzones, dos raciones de pan de ajo y de mozarella y dos ensaladas más bebida y no llego a los 20 euros por persona). Una experiencia totalmente recomendable si buscas un restaurante italiano en Candás.