Están buenísimas tanto las crepés, como los gofres. El personal rápidas y muy atentas , es una parada obligada en Cullera en cuanto llegamos. Y al volver a casa nos llevamos unos gofres para seguir disfrutando en Madrid algún día más.
Crepería para llevar (hay tres juntas). Suele tener mucha cola.
El local tiene un par de banquetas pero no merece la pena quedarse porque es muy pequeño. También hacen perritos y gofres. Ofrecen refrescos, bebidas y agua.
Uno de los productos que más me gustan de este local es el corte de helado gigante de turrón. Nada fino pero me encanta.
No está mal de calidad y es unos pocos céntimos más barato que sus vecinos. En cuanto a calidad, poca diferencia digan lo que digan sus fans.
No abren fuera de temporada de vacaciones.
Dicen en el cartel que abrieron en 1985 intentando hacerse pasar por "Gofres Mannekenpis", una gofrería que ni estaba en el mismo local ni eran los mismos dueños.
Cuando hay gente haciendo cola es buena señal. Gofre muy rico y una variedad de crepes nunca vista. Los hacen al momento. Volveremos seguro.
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