Es realmente increíble ver cómo, cuando haces las cosas bien, te puedes dedicar a lo que quieras porque vas a triunfar.
Es el caso de este negocio que, realmente es una fábrica de sidra, pero que ha sabido fusionar a la perfección su actividad principal con la restauración.
Íbamos más que recomendamos a este lugar por diferentes amigos y conocidos locales, para degustar una rica fabada.
Te ha pasado alguna vez que preguntes a alguien por un sitio que te han recomendado y en cuando dices el nombre, asienten con la cabeza casi sin terminar? Pues éste ha sido en caso.
Fabada exquisita, ensalada de bonito en escabeche (claramente casero) con muchas cosas que no recuerdo y helado de tomate...
Y una tarta de queso más que digna como fin de fiesta. Todo ello regado con su propia sidra escanciada en el momento por un profesional que se dedica prácticamente solo a eso... Impresionante.
Sin duda alguna el secreto de su éxito es la unión de varios aspectos. Por un lado la altísima calidad de su género y por otra la unión de la tradición con la modernidad.
Local moderno pero perfectamente acogedor, personal exquisito, cercano y altamente profesional (algo no muy común últimamente) y una cocina magníficamente gestionada y equilibrada, hacen para mí de este lugar, un verdadero 5 estrellas.
Reserva y no dejes de ir, de verdad merece la pena cada céntimo que se paga y sinceramente no es mucho.
Comida muy rica. Tortos muy sabrosos. Fabada exquisita. Carne en su punto. Raciones calidad - precio adecuadas. Trato estupendo. Volveremos si Dios quiere.
Hemos disfrutado de una comida perfecta. Bien aconsejados por Aitana en cuanto a cantidades, porque tenía que quedar sitio para el postre. Fabada para 2, frixuelo para compartir. Tarta de queso y milhojas de arroz con leche. Volveremos!!
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