Todo lo que probamos estaba bueno pero no es de los restaurantes que más me gustan de la zona. Destacar el flamenquín, es muy diferente a los habituales, una mezcla entre croqueta y flamenquin que estaba muy bueno, pero lo que mas nos gustó fueron las croquetas de pulpo.
El servicio fue bueno, aunque el camarero era nuevo y estaba el solo tanto para la barra como toda la terraza, el muchacho nos atendió lo mejor que pudo y se preocupó porque todo estuviera correcto.
Todo lo que pedimos estaba exquisito, especialmente el surtido de croquetas, súper cremosas y con mucho sabor en sus tres variedades. El arroz negro y las almejas también muy buenos, y las raciones generosas. Además,nos atendieron con mucha amabilidad. La única pega fue la temperatura del local, el aire acondicionado estaba puesto pero el ambiente seguía resultando caluroso a pesar de no estar lleno.
Estuvimos probando sus molletes y estaban buenísimos!! Los caracoles muy buenos... relación calidas precio bien!!! Repetiremos!!
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