Desde que vi a Gustavo en el programa de Ricard Camarena tenía muchas ganas de hacer una visita. Posteriormente me enteré que se tomaba un tiempo de descanso pero finalmente con la pandemia no ha sido así y el proyecto es muy atractivo.
Fuimos a mediodía aunque de noche debe ser muy agradable.
El local es acogedor, con buena música y excelentes vistas aunque en realidad se va a degustar. Es una buena virtud que todos los platos se puedan compartir así se pueden degustar mayor número de opciones. Eramos 3 personas y tomamos un Ceviche Acapulqueño, muy muy suave; una ensalada nikkei con pulpo y bacón (este último casi imperceptible pero que aportaba el toque crunch) y bonito soasado levemente picante que estaba exquisito. Después compartimos dos sabrosos tacos y como postre una excelente torrija caramelizada con helado (ración mínimo para dos personas). Quedamos muy saciados.
Los tiempos entre los platos perfectos, aunque en el local había poca gente. No puedo opinar como será si está lleno.
Para beber 2 cervezas, 2 aguas, una botella de rosado valenciano muy suave y 2 cafés.
Precio por comensal 35 €.
La visita en conjunto, una plena satisfacción aunque por el tipo de comida y la amplitud (no excesiva) de la carta no lo haga para volver todos los días.
Es una experiencia que sin duda vale la pena. Nosotros repetiremos.
El sitio está fenomenal, local muy amplio, con buena música y en un sitio muy agradable. Obviamente la comida de Gustavo es un 10, no hay fallo. Imprescindible pedir siempre el guacamole marino. La cocktelería muy buena también, el mojito de los mejores que he tomado en Jávea. Repetiremos mil veces, sin duda.
Tengo que decir que hacía mucho tiempo que no probaba unos platos tan especiales. Para mí, comer en Mare Santo ha sido toda una experiencia para los sentidos. Además, el restaurante es muy bonito y la atención perfecta. Sin duda volveré.
An error has occurred! Please try again in a few minutes