La comida y la ubicación están geniales, ningúna pega.
Pero el servicio fue lentisiiiimo, entiendo que es un lugar pequeño y el camarero llegaba a lo que podia, pero empeoró bastante la experiencia, aún así volveré! Porque la comida merece muchoo la pena
Llegar al primer pueblo Pitufo del mundo y que te encuentre una nevera llena de varias marca de cerveza no tiene precio. Paramos de casualidad para beber algo fresco antes de comer (con intención de comer en el local de al lado), pero al entrar en este "Bar-Tienda" nos encantó. Una mini tienda con bebida y comida con precios muy muy muy económicos para como está el mundo, y más siendo un pueblo turístico. El camarero super atento, simpático y amable. Cuando salíamos habia una cola impresionante para comer en el local de al lado, cuando en éste en una mesa alta se come genial, rápido y riquísimo (me sorprendió los chicharrones). Y aún encima en la tienda pudimos comprar un cable para cargar el móvil en el coche. No se puede pedir más 🤣🤣
No podíamos perdernos la calidad que tienen las tostas de este lugar. Cerveza fresquita, Paulaner 2,50€ mejor imposible. Hemos comido por 13€ persona y nos hemos jartado...vino, cerveza, café...la persona que nos atendió es un hombre muy entrañable, me encantó el sitio en todos los sentidos.
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