Simplemente espectacular. Todo exquisito. La comida está deliciosa, da igual lo que pidas, todo está buenísimo ( dentro y fuera de carta ). El servicio magnífico, muy atentos, amables y profesionales. Para repetir una y otra vez sin duda. Visita obligatoria en Ronda.
Este lugar es un festín para los sentidos que trascendió las fronteras de lo ordinario. Desde el momento en que ingresamos al restaurante, fuimos cautivados por una atmósfera encantadora, impregnada de elegancia y calidez. La explicación del camarero era una obra maestra meticulosamente elaborada, donde la creatividad se fusionaba con la tradición culinaria para ofrecer una explosión de sabores inigualable. Cada plato juega con tus sentimientos y confunde tus sentidos, con las mezclas de dulce, salado y texturas diversas.
invitamos a todos los comensales a embarcarse en un viaje sensorial que deleitará incluso al paladar más exigente.
Toda la comida estaba exquisita, destacando lo que probamos fuera de carta que fueron las croquetas de gamba roja que tenían un sabor excepcional. La atención fue sublime y hasta nos indicó cómo llegar a los lugares a ver. El postre también algo único (la tarta de chocolate blanco)
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