Muy bueno todo, local muy bonito, nos atendieron muy bien. La comida precio calidad de 10. La ensaladilla rusa de verdel muy buena, y cantidad, no te quedas con hambre, ravioli de rabo hace tiempo que no comía un plato con tanto sabor, las gambas a la plancha muy ricas, frescas, como pipas, la cantidad que te pongan. El postre, la tarta de manzana muy fina, no te llena, es una tarta ligera, nada mazacote. Muy bien todo, para repetir. Se me olvidaba una tontería las toallitas paras limpiarte de olor a te o algo si, olían tan bien que es una pena que no se puedan comer
Local pequeño y coqueto de la decoración me reservo el comentario, la carta pequeña pero muy bien, ka ensaladilla de verdel esquisita, el arroz meloso de salmonetes de llorar de bueno, sabroso, original, increible el revuelto de hongos con foie, buenísimo, la ensalada de bacalao y centollo, fenomenal, el raboli con mascarpone y trufa una delicia, la carta de vinos extensa y si que se echa en falta algún vino más económico en fin una verdadera delicia repetiremos para volver a disfrutarlo y la atención super atentos y con cariño. Que no se me olvide la vajilla tan espectacular.
El sitio, atención y la comida increíble. Una auténtica experiencia gastronómica en un rincón pequeñito y muy acogedor. La camarera y cocinero nos atendieron genial, ofreciéndonos una atención personalizada de primera calidad. Los platos son de un gran nivel.
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