Restaurante pequeño situado en el centro comercial Eroski de Sant Cugat. Pequeño, poco espacioso pero suficiente para moverte bien.
Las camareras parecen bastante austeras en la atención, especialmente la rubia, que en otras ocasiones ya ha tenido algún gesto poco adecuado hacia nosotros. La morena mantiene la apariencia pero cuando le toca atendernos, se muestra amable, servicial y simpática.
Tienen menú por 15€, la comida está buena y las cantidades que sirven son más que decentes para ser un menú de centro comercial. De hecho, si dejas de mirar a lo que te rodea, la sensación es de estar en un bar de toda la vida. Sabor casero y platos mimados.
No es el mejor del mundo, pero sí una opción muy buena si vas de paso, no tienes demasiado tiempo, y quieres comer en un sitio donde la comida, la cantidad, el precio y la atención mantengan un equilibrio coherente.
Buen sitio para merendar. Tienen leche de avena. Creps y tarta de zanahoria. También tapas.
Precio calidad bien, el servicio fue muy rápido.
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