Se respira oficio del de toda la vida. Precios económicos, por no decir muy baratos, tapa de cortesía tipo canapé y algún guiso en modo tapa también de cortesía: alubias, lentejas, sopas de ajo... El personal muy atento y amable, sobre todo con los peques. Una terraza grande y fresca en verano. Muy, muy recomendable. Así da gusto
Muy buena calidad y precio.
Limpieza y exquisito trato. Le pongo un 10. A los 🚾🚻 le bajo un poco la nota
El ambiente es muy familiar, un bar de barrio de toda la vida, que siempre te reciben con una sonrisa de oreja a oreja.
Tanto el dueño (Pedro) como los trabajadores (Luis, Álex y Adri), están muy atentos y son rápidos sirviendo. Además que se saben las consumiciones de los clientes más habituales.
Lo que he probado de comida, está súper buena (calamares en su tinta, chorizo, mejillones, morcilla, ensaladilla rusa) en especial, los mejillones en salsa y los calamares en su tinta, que son una auténtica delicia!! Y una brochetina que ponen los domingos de tapa de cortesía.
Se nota que la comida es casera, de ello se encarga Pedro, y está hecha con mucho cariño.
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