Veníamos de hacer una ruta de senderismo y llevábamos comida de casa. Parte del grupo de la ruta tenía reserva, sí, pero cuatro personas no. Le preguntamos al camarero si nosotros podíamos entrar y comernos la comida que llevábamos en la mochila haciendo consumición de la bebida porque fuera hacía un sol de mil demonios... Y a pesar de que el local estaba bastante lleno (eran sobre las 15:30H o así), nos dijo que sin problema. Nos puso mantel en la mesa y todo.
Así que en agradecimiento a su amabilidad y buena disposición, los cuatro terminamos comiéndonos un bocadillo de la carta y dejando la comida que traíamos para la cena. El mío era de lomo con queso y ajoaceite. ¡Buenísimo! Y el postre de flan de café también delicioso :D
Muy buena la comida.
Las patatas bravas tenían muy aceite en el plato, pero la patata estaba perfecta.
La paella muy buena. Puntilla y tellinas perfectas.
El salón muy ruidoso y servicio algo lento, pero hay que reconocer que había mucha gente.
Hemos celebrado 2 años seguidos la comida de grupo. Salimos bien comido y servidos. Los entrantes están buenísimos y los principales (rabo de toro, costillas y carrillada) se deshacen en la boca. Los camareros son simpáticos y atentos. Súper recomendable.
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