Una tapa buenísima! Un ambiente acogedor y un servicio muy agradable. Probamos diferentes cosas de la carta, sardinas fritas, montaditos etc y la verdad es que no hay nada de lo que uno se podría quejar. Muchas gracias y volveremos
Buen sitio para tapear y tomar algo.
Especial mención para Lorena, una de las camareras, muy simpática y profesional que nos ayudó a elegir con buen criterio.
Me gusta el lugar y la forma en que está concebido. En principio es más para picar, con muy pocos platos principales, pero como ocurre ya en muchos lugares, con lo que hay en el menú nos ha sobrado las dos veces que lo hemos visitado para cenar, y creo que para una comida también nos bastaría.
Todo lo que nos han ido poniendo nos ha resultado de calidad y estaba bien preparado y presentado, desde la torta del casar al simple tomate aliñado, llegando a su fantástico milhojas. Buenos los pinchos morunos y muy sobresalientes las croquetas, tanto la líquida como la de rabo de toro.
Como el nombre del local hace presuponer, la carta de vinos es muy variada, destacando los manchegos o de cerca de la región, con nombres propios a veces difíciles de encontrar en otros restaurantes como El Reflejo de Mikaela, el Finca La Sabina, o el Ternario 2, por poner ejemplos poco habituales, aunque también algunos más conocidos como los Dehesa de Luna o los de Atalaya
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