Bar de los de siempre, con un servicio ágil amable de los de siempre te conozca o no te conozca, con desayunos, platos combinados, hamburguesas y unos montaditos acompañando al botellín al café con buenos precios. Con una barra amplia donde sentirse agusto como las de antes, aunque con pocas mesas dentro y sin terraza lo cual es una pena porque el lugar donde está es genial cerca del centro de salud Miguel Servet en una mini plaza que se estará genial ahora con el calor. También está claro que como es un bar familiar lo lleva el mismo que te atiende, mejor dar un buen servicio qué abarcar mucho y despacharte en vez de atenderte. Y si lleva mucho tiempo como es su caso en el barrio, por algo sera. Y como consejo abstenerse todos aquellas modernos que buscan solamente cosas pomposas con grandes decoraciones y raciones minúsculas y nombres kilométricos para cosas de toda la vida. Eso sí recomendárselo a todo aquello que busque la sencillez pero con un buen talante para atender.

Trato cercano, limpio, perfectamente adecuado y preparado, para ésta época, que nos está tocando vivir, ideal para tomar unos vinos, copas o lo que se tercie. Recomendable 100%,