RESTAURANTE: Un menú del día abundante, de calidad, con muchas opciones de carne y pescado fresco de segundos. Incluye vino, postre y café. Mantel y servilletas de tela. Y los camareros bien, bastante profesionales. Los jueves cocido completo. Muy recomendable la verdad.
Nos hospedamos una semana por motivo del festival Sonorama, y la mayoría de días acabamos comiendo en el restaurante del hotel porque nos pareció buenísimo. Toda la comida que pedimos estaba muy rica, y fuimos atendidos de una manera excelente a pesar de que esos días fueron una locura de gente y de trabajo.
Nunca olvidaremos cómo la Señora Carmen nos atendió y nos mimó durante todo el servicio como si fuésemos de su propia familia.
Se trata de un hotel situado a unos 7 minutos de las calles más concurridas de Aranda.
Las instalaciones son bastante antiguas, todo decorado en maderas y mármoles de otra época, pero realmente bien mantenido y extremadamente limpio.
Había dos personas mayores, aparentemente los dueños, que estaban al pie del cañón revisando las habitaciones y el comedor. (Un 10 para ellos, por el servicio y la educación)
Justo enfrente está la plaza de toros que generalmente tiene plazas de aparcamiento disponibles, y si no, hay un descampado a 100m
Y la tortilla de patata del bar, buenísima!
En resumen, un sitio nada desdeñable por tener 2 *.
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