Lo visitamos en laborable y comimos a la carta, no preguntamos pero supongo que no tenían menú de día. Un poco lento el servicio, solo había una persona para todo el establecimiento y en la cocina tampoco había mucha gente. Pedimos zamburiñas a la plancha y arroz caldoso con pulpo y gambón. Mientras esperábamos nos trajo un aperitivo de callos, aunque no son como los madrileños, aquí llevan menos carne y más garbanzos. Las zamburiñas muy buenas, el arroz estaba bien, aunque los gambones estaban poco hechos, habría que haberlos echado antes al arroz. El postre bueno. La relación calidad precio normal.

Primero de nada decir al dueño que conserve al camarero, persona agradable, sabe explicar lo que lle ñva el menú, aconseja y muy bien el servicio, esto vale tanto como una buena comida. Vamos con lo "carnal", probamos lo siguiente Guimos a lo seguro con unas Zamburiñas a la plancha, sencillas, no mui grandes, sin nada de salsa, pero buen producto y estaban buenas. Un Sashimi de atún rojo, con hummus de pepino, una crema vamos, y una mayonesa de eneldo, vien los sabores, y el atún sin mucho marinado de soja, para mi pequeño conocimiento de la comida asiatica.. rico tambien. Unos Tacos de lengua de vaca, de los tres, el que me dejó un poco mas apagado, la fajita es hecha no comprada, pero no me convence, parece un poquito resesilla, el sabor de la lengua con cebolla caramelizada rica y el conjunto queda bien, esto ya para mi opinión personal lo que me falla es la textura, muy de crema, me esperaba algo más tipo carne mechada. Los postres, la verdad, volvería solo por probar esos postres. Por curiosidad probamos unos Aires de la infancia, espumas de tarta de almendra, queso y abuela y ademas unos heladitos de Vainilla y frutas del bosque que estana este último tremendo. Y además otro postre de tarta de queso con helado de frutas del bosque, tambien muy rico.