En la Colonia de Sant Jordi, este restaurante es habitual en mis visitas a Mallorca. Ambiente tranquilo e inmejorable. El servicio exactamente igual, impecable. Son agradables y simpáticos y muy atentos y rápidos. Siempre que venimos pedimos una paella de marisco que nunca defrauda por lo abundante de fauna marina que lleva y el arroz en su punto. Si queréis pedirla os recomiendo que siempre pidáis una menos de las personas que vayáis a comer puesto que os saldrá un poco más económico y además tendréis para repetir dos veces. Suelen acompañar la comida con unos pimientos verdes dulces típicos de Mallorca y un alioli que es exquisito. Incluso a mí, que aborrezco el ajo, me encanta. Pedimos una cerveza bien fresquita y después una botella de vino blanco de Rueda que te la ponen en un recipiente con su hielo correspondiente y que marida perfectamente con la paella. Para rematar la comida tan solo pudimos tomarnos un carajillo de ron Amazonas, típico de Mallorca, porque no nos entraba nada más. Se recomienda reservar mesa sobre todo si es en fin de semana. Sitio totalmente recomendable y de obligada visita para los que quieran llevarse el auténtico sabor de Mallorca.