Fuimos en dos ocasiones, primero para cenar y luego para la comida, el día de la cena llegamos golpe de once de la noche, nos recibió una chica joven muy atenta y amable, pero a pesar de sólo haber otra mesa además de la nuestra, el servicio fue un poco lento, pero porque la chica estaba sobrepasada estaba ella sola, atendiendo muchos pedidos para llevar, recibiendo órdenes por teléfono, sirviendo y recogiendo las mesas y sacando los pedidos por lo que tuvimos que esperar un poco, pero valió la pena porque la comida estuvo bastante bien, por eso decidimos volver. Regresamos otro día pero golpe de 4 de la tarde, habían más mesas ocupadas, nos atendió otra persona pero de igual manera fue muy amable, nos recomendó la mejor mesa para estar frescos, porque el aire se siente muy poco por lo que usan ventiladores para refrescar más, pedimos, pollo al limón, costillas (lo que menos nos gusto), rollitos primavera y de la casa (sin duda estos últimos mucho mejores), tallarines a la plancha (muy buenos), fideos tres delicias (pueden mejorar), ternera con bambú y setas (esta muy bien), pollo agridulce (no están mal, pero bolitas pequeñas y poca cantidad), shopsuey (no esta en la carta pero si en los menus del día, preguntamos si lo podiamos pedir y nos lo prepararon sin problema, estaba excelente, deberian incluirlo en los platos, vale mucho la pena); el servicio fue más rápido, supongo que por la hora no habían pedidos para llevar, la comida no es muy grasosa y eso para mí es un valor añadido, lo único malo es que los platos no salen juntos, sino de uno en uno y al ser varias personas y compartir, se acaba enseguida y hay que esperar a que traigan el siguiente. Por otro lado, decir que la relación calidad precio es buena, esta bien ubicado, es fácil de llegar y tiene mucho lugar donde aparcar, dependiendo de la temporada cuesta un poco más o menos pero siempre se consigue sitio.