Fuimos allí para comer unas ostras y me sorprendio muy gratamente todo. Desde las instalaciones y su decoración, la atención de la camarera que desde luego vaya trato más exquisito y por supuesto la comida que fue excelente. Pedimos diferentes platos de picoteo para compartir y a cada cual estaba mejor aunque mi plato favorito las ostras por supuesto. Todo acompañado de un buen vino blanco
Buen marisco y productos del terreno a un precio razonable. Los platos que nos sirvieron fueron todos de calidad, ostras,canyaillas (caracolas de mar), buey de mar, navajas, etc. Destacar las angulas que fueron extraordinarias, hasta que el dueño del local las elevo al grado de insuperables, cuando al terminar el plato nos hizo un huevo roto en el mismo aceite hirviendo de las angulas, no os lo perdais, ESPECTACULAR!!!!!!
Buen servicio y trato familiar que sumado a todo lo anterior hace que seguro volvamos a repetir.
Muy, muy recomendable.
Lugar con encanto, vistas preciosas, día caluroso y perfecto en la terraza con sombra. Personal muy amable y rápido. La chica es muy simpática y amable, y los camareros también, me pidieron disculpas mil veces por cualquier cosa. Un encanto la verdad. Volveremos seguro. Paella para dos, bebida, helados, café y copa orujo, por cierto invitación de la casa, por algo menos de 50 euros. Por decir algo quizá un pelin justa la paella, pero muy buena...
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