Estupendo lugar para degustar platos típicos canarios caseros, disfrutando de unas vistas impresionantes. La dueña y todo el personal superamabilisimos en todos los aspectos.
Muy bien atendidos, sin esperas, y la comida deliciosa, y como no los postres.
Resumiendo de 10 en todo.
Fuimos por recomendación y no defraudó, nos tocó esperar un poco para coger mesa pero valió la pena. Comimos muy bien a buen precio y fueron muy amables. Probamos por primera vez el bienmesabe con helado, gran descubrimiento.
El restaurante en sí me recuerda al hogar del pensionista que había en mi pueblo, donde mi abuelo quedaba por la tarde para ir a echar la partida.
A nosotros nos dieron una mesa al lado de la ventana, las vistas eran espectaculares, y junto con la ventana formaban una imagen de auténtica postal.
Nos atendió una mujer mayor, muy simpática y atenta que tenía controlado perfectamente que a nadie la faltará nada.
De comer, todo un espectáculo!!! , probamos por primera vez el aguacate con gambas y salsa rosa, muy rico.
Detallazo final!!! con el café nos pusieron unas chocolatinas. Si volvemos a la isla repetiremos seguro.
100% recomendable.
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