En una palabra exquisito. El dueño muy amablemente intentó buscarnos una mesa entre los dos locales ya que por el toque de queda íbamos algo justo de tiempo. La camarera una explicación magistral de la carta, vamos provocaba pedírselo todo. La comida, fresca, con sabor y sazón. Les recomiendo el pato, no tiene que ver nada con lo que sirven en un chino. Volveré a probar otros platos. 😋
Es un lugar informal para comer a base de tapas. A destacar el queso frito con melón y las croquetas de manzana. El pato chimichurri excelente y el lomo alto argentino aceptable. La famosa tortilla de bacalao no se encuentra el bacalao y sí mucha patata, aunque está hecha en su punto. Los vinos caros.
Lugar acogedor para poder disfrutar de unos vinos y compartir los platos de la carta. Las raciones no son muy grandes y siempre acompañadas de patas chips, por eso lo de compartir. Siempre hay muchísima gente, así que recomiendo que vayan a las 20.00 cuándo abren.
El personal correcto, pero un refuerzo no vendría mal.
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