Cuando nos adjudicaron hace 4 años está residencia y lei las reseñas estuve a punto de no llevar allí a mi madre por todos los comentarios negativos que leí. Y hubiera sido una pena, la verdad. Menos mal que fui a informarme personalmente. Cuando llegas el jardín impresiona, grande, bonito, cuidado, con parking gratuito dentro para el coche.... El interior ya es otra cosa, muy, muy viejo aunque limpio. Desde el minuto unos nos atendieron muy bien, a sí que decidimos darles un voto de confianza. Después de 4 años en la residencia, hace tres semanas mi madre falleció. Sólo tengo palabras de agradecimiento desde la primera a la última persona que allí trabaja. A recepción, departamento social, doctora Kenia, auxiliares de planta, enfermeras, conductor de la furgoneta, personal de limpieza , terapeuta, psicóloga... y tanta gente. Errores, descuidos, sí, de vez en cuando, pero nada grave y siempre se ha podido hablar y solucionar. Hay que ponerse en su lugar y valorar más el trabajo que hacen por nuestros familiares, porque si no fuera por ellos....a veces nos empeñamos en quejarnos y no en agradecerles lo que hacen. Gracias por cuidar de mí madre.

Quiero expresar mi más sincera enhorabuena a algunos de los empleados del centro, pero especialmente a Rafael Rodríguez Cuello, auxiliar de control de tarde (recepción), por su profesionalidad, por ser ejemplo de rectitud en la exigencia para que todos cumplamos las normas de la residencia, al tiempo de combinarlo con el cariño para los residentes y ayuda a los visitantes. Felicidades y gracias Rafael. Hoy, 10de marzo de 2023, después del tiempo transcurrido me reafirmo en la reseña. He podido comprobar con más tiempo que se mantiene lo escrito en entonces, con los empleados del centro y, por supuesto, con superado la estricta profesionalidad de D. Rafael (Recepción), mostrando su cariño hacia los residentes. Con algunas excepciones, cómo no... felicito y agradezco a a todos por su servicio