Bar restaurante típico de pueblo, con una pareja como dueños. Comida casera, todo riquísimo y con bastante variedad. Tienen terraza a pie de calle pero está pegado a la carretera, lo que le quita encanto (y es hasta peligroso). El interior es amplio y está bien decorado. El servicio correcto y precios decentes. Muy recomendable si estás por la zona.
Por desconocimiento llegamos más tarde de la hora a la que cierra cocina y preguntamos si podíamos comer y nos atendieron muy amablemente. Pedimos caldo gallego con nabizas y estaba increíble. Sin embargo la ternera asada estaba tan buena que se te olvidan tus problemas, espectacular. Un lugar muy agradable de visitar, con una atención muy cercana.
Recomendación: venir antes de las 15:00 ya que después cierra cocina
Restaurante de paso muy tranquilo, menú del día muy de casa, con platos deliciosos y muy abundantes.
El servicio tremendamente amable y el lugar muy tranquilo.
Se pueden hacer muchas cosas con el cerdo.
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