Restaurante SENDERO, de recién apertura en Palma. Cuando entras por primera vez en un restaurante y observas que todo lo que forma parte del local, se ha pensado al mínimo detalle, para gustar al cliente que lo visite y que tenga ganas de volver, ya imaginas que la comida estará a la par. He tenido la oportunidad de visitarlo dos veces y es aquí donde me decido a comentar mi experiencia. Tiene una carta no muy extensa, pero variada, además de tener una pizarra con las sugerencias del chef, que van variando. Son platos para "compartir". Las vieiras con rabo de toro, son exquisitas, las croquetas de pulpo con tinta de calamar, suaves y gustosas, arroz de calamar y el arroz de pato, ambos en su punto y de gran sabor, la costilla al estilo americano, bien elaborada. Y cómo postre, tienen una tarta de queso con frutos del bosque y mermelada digna de probar. Todos los platos que he podido probar, son de elaboración y con un gran trabajo previo de todo el equipo de cocina. El servicio de sala, formado por Alejandro y Alex, dos profesionales sabedores de cual es su trabajo y grandes profesionales al servicio del cliente. El restaurante, es de dos plantas y no de grandes dimensiones, pero tanto la iluminación, el mobiliario (las sillas comodas) y la decoración, hacen que te encuentres muy agusto, teniendo en cuenta, que la distancia entre mesa y mesa, es poca... pero tiene una fantástica insonorizacion, la cual,hace perfecta la charla de los comensales. El único "pero" que tiene el local, sería que tiene los aseos en la planta de arriba y los escalones son de "talla pequeña" cuidado a tropezar. La parte superior igual de acogedor, también tiene mesas, con pequeño reservado pegado a la cabina del Dj. El puntazo artistico del local es la obra del fantástico Rene Makela que ocupa toda la pared del local. El precio "por comensal" va acorde con todo lo que rodea la visita, a lo expuesto y servido en Sendero, por lo tanto... A DISFRUTARLO.