Todo muy bien. Pasamos unas horas aquí después de check out. Hay hamacas y sombrillas para los huéspedes del hotel, el servicio de restaurante. Pedimos unos cócteles, vino, pulpo a la parilla y ensalada Caesar - todo muy bueno, el servicio también muy amable. La playa es municipal pero no hay casi nadie más solo los huéspedes del hotel por esto la calidad del agua es mejor que en playa den bossa en general. Resumiendo me ha gustado mucho, buena alternativa a la piscina de ushuaia 😉
La calidad del restaurante superó todas nuestras expectativas. Nos habían hablado muy bien de sus arroces y queríamos probar, pero nos sorprendió mucho los sabores y texturas de todos los platos.
Las croquetas de jamón tenían un sabor impresionante, los tacos de langostino y de pulpo estaban deliciosos y el guacamole con gambas en tempura nos dejó literalmente sin palabras. Impresionante.
El arroz de pollo payés estaba súper sabroso y al dente. Y el postre nos encantó por su originalidad, un pistacho gigante de chocolate que se abre al vertir una crema caliente.
Además el ambiente es genial, con un equipo de 10, súper atento y cercano. Tuvimos la suerte de que el propio chef, Adrián, salió a presentarnos el arroz y pudimos felicitarle por lo rico que estaba todo. Y tanto los camareros, como los chicos de coctelería fueron encantadores.
Visita obligada una vez al año, mínimo.
No hay mucho que decir, es una discoteca muy turística para sacarse fotos y estar rodeada de gente chic.
Sin embargo con poco espacio para realmente bailar
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