Patricia González Ruiz
+5
Esta maravillosa cervecería está un poco escondida pero merece mis dieces, la comida está toda deliciosa con especial mención al pescado fresco. Hay tapas muy variadas y son abundantes. También disponen de tapas especiales fiera de carta que son muy recomendables como por ejemplo el hígado. Atención estupenda, calidad y cantidad de diez. Recomendaciones albóndigas de choco y gambas, el atún acompañado de pisto delicioso o el pez espada. Y el precio está genial. No lo dudéis y haced una visita seguro repetís.
Pese al nombre, no es una simple cervecería, es un bar de tapeo y bastante bueno.
A parte de las tapas habituales de todo bar sevillano, hay algunas más elaboradas que merece la pena probar
- Tosta de atún ahumado y Ceviche de mango: me encantó, un par de tostas con una loncha de atún y un ceviche suave. La única pega es que es difícil de comer sin que se te caiga por los lados
- Montadito de morcilla de arroz y huevo de codorniz dos rodajas de morcilla con un huevo sobre cada una de ellas. Un pequeño toque diferencial sobre un bocado típico
- Taquitos de bacalao frito: 5 taquitos y algo de mayonesa. Si el bacalao es de calidad, y o es, es una apuesta segura.
- Montadito de lomo al pedro Ximénez en pan brioche: el fuera de carta, no es que sea demasiado original pero el pan brioche le da un punto suave que le sienta muy bien
- Mojama de isla Cristina con almendras fritas: no sé qué pegan las almendras fritas, pero considéralas un extra que tampoco desentona, Bien cortada, ni translúcida ni demasiado gorda. La única pega es que esto se merece un buen aove y no el aceite de aliñar que venden en las ensaladas de supermercado.
Tiene algunas mesas dentro, aunque su fuerte es su magnífica terraza que hace esquina con una callejuela peatonal. LE faltan calentadores, pues solo tiene unos de barra en la fachada, que van muy bien para las mesas cercanas pero no se nota más allá.
Algo que no me gusta es lo del precio pan y pico que me parece un abuso, por pequeño que sea, y ya que lo cobra por comensal, que al menos ponga el mismo servicio por cada uno de los comensales. También eché en falta un servilletero en la mesa, para que no haya que esperar al camarero por una servilleta más y que parece que están contadas.
En definitiva, un muy buen bar de barrio, que suele tener bastante gente y las tapas lo justifican, pero que tiene margen de mejora en pequeños detalles.
En un sitio idílico. Buena música de fondo. Muy buenas vistas. Se oye el mar y se vé . La cerveza helada. La comida espectacular. Recomendado
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