Tampoco este año podía fallarnos La Torre del Mirador, y ya son muchos. Imposible ponerle un pero. Desde el momento que accedes al local, el trato del personal es exquisito. Atento, amable e impecablemente uniformados dan una sensación eminentemente elegante al establecimiento. Se cuida hasta el más mínimo detalle. No es de extrañar que por sus puertas pase tanta gente famosa. En esta ocasión hemos ido dos veces. La primera, para dar placer al paladar con un insuperable arroz caldoso con bogavante entre otros platos de picoteo, y la segunda, aprovechando el inicio de las cenas musicales. Aquí nos dejamos guiar por Javier, y además de otras exquisiteces, comimos una lubina a la sal de sobresaliente. Digno de grabar al artista que nos des espinó y sacó los lomos. Si a todo esto le sumamos que la cena estuvo acompañada de una magnífica música que hacía que se te movieran los pies, el resultado fue que nuestro aniversario de boda se volviera un cuento de hadas. Poco más podemos añadir ya salvo felicitar a todos y cada uno de los profesionales que con su buen hacer nos permiten ese tiempo de gozo culinario. Ya estamos contando los días que nos faltan para volver desde Bilbao a La Torre del Mirador a celebrar nuestro 42 aniversario. Un abrazo y gracias a todo el equipo, con mención especial a Javi por el trato que nos dispensa siempre. Ha sido un placer. Ana & Marco.