Unas vacaciones que han superado todas las expectativas respecto a ubicación del hotel, atención del personal, calidad de la comida y enclave delicioso.
Nunca un descenso y ascenso de tantas escaleras de piedra me resultó tan liviano para acceder a la piscina. El agua limpísima y excelente de temperatura. No había congestión de bañistas y la relajación fue sublime.
Mil gracias por sus atenciones y buen hacer.
Por las tardes da gloria bendita pasear a orillas del Miño y disfrutar del buen clima gallego. Nos sentimos afortunados de gozar el fresco del lugar a la caída de la tarde, máxime viniendo de Valencia, donde por esos días hizo un calor infernal. Ojalá se pudiera embotellar el aire, hurtar un trozo de ese cielo estrellado y llevárselo a kas urbes donde vivimos, con firmamento opacos y sin estrellas.
Este parador resulta frío y poco acogedor pero siendo originalmente un pazo gallego acabado en 1930 sigue las características típicas de ese tipo de construcciones.
Para mi lo ideal es donde está localizado en la preciosa ciudad de Tui con todo lo que esta ciudad ofrece que no es poco.
No me alojé en una de las habitaciones lujosas, sinó en una básica, y justamente era eso, básica. Como era para pernoctar una noche tampoco necesitaba más si he de ser sincera.
Carmen Crespi Armenteros
+5
El Miño me apasiona, en este punto es ancho y caudaloso. Lo cruza un puente que sirve tanto para trenes como para coches, si mi vista no me engaña. En frente se ve un conjunto historico- artístico nada desdeñable, Valenca, probablemente. En fin, es un lugar que invita al descanso y a la ensoñación. La piscina es grande y el agua está limpia y fresca. El jardín es precioso y desde sus mesas puedes ver la Catedral de Tui, la cual recomiendo visitar. Ésta también ofrece vistas preciosas al río.
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